Premio Innovación de Tecnologia sobre el silicio: Rocío Ponce en Marbella
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Científica de Marbella, premiada por un innovador proyecto de tecnología sostenible
Rocío Ponce ha recibido una de las becas L’Oreal-UNESCO para seguir investigando la creación de nuevos materiales para energías alternativas
Ahondar en el trabajo que desde hace ya muchos años lleva desarrollando Rocío Ponce puede llegar a sonar a ciencia ficción. En resumen, y traducido al lenguaje no especializado, se trata de buscar nuevos materiales aplicados a la tecnología actual de modo que ésta sea más sostenible y además más barata. El proyecto, que desarrolla desde el departamento de Química Física de la Universidad de Málaga, le ha valido estar este año entre las cinco galardonadas con las becas L’Oreal-UNESCO ‘For Women Science’ que reconoce la labor de investigadoras españolas de menos de 40 años «cuyas brillantes carreras se han centrado en el área de Ciencias de la Materia».
«Una enorme satisfacción»
Tras su estancia, regresó a su grupo de Málaga donde sigue como investigadora ‘Ramón y Cajal’, un contrato del que acaba de finalizar el primer año. Su propio proyecto, centrado en la búsqueda y el estudio de materiales orgánicos capaces de reemplazar la tecnología actual (electrónica y fotovoltaica) basada en el silicio, es el que le ha valido el reconocimiento, primero de sus compañeros, y ahora de un certamen nacional en el que se valora el «alto nivel científico de los proyectos presentados». «Se trata de sustituir una tecnología cara, frágil y poco ecológica por una tecnología económica, plástica y sostenible», resume.La beca tiene una dotación económica de 15.000 euros que, como afirma Ponce, «supone un respiro en estos tiempos en los que la investigación atraviesa una situación complicada por la falta de financiación». El reconocimiento le llega en un momento importante de su carrera profesional plagada de experiencia y esfuerzo. Titulada en Ingeniería Química y doctorada en la misma especialidad por la Universidad de Málaga, tras la tesis doctoral solicitó una beca Marie Curie que le abrió las puertas de la Universidad de Northwestern, en Illinois, donde permaneció tres años trabajando con el equipo del prestigioso investigador estadounidense Tobin Marks.
Su carrera no la ha apartado de sus orígenes. De hecho sigue viviendo en Marbella, desde donde se traslada a diario a su laboratorio de la UMAen Málaga. Cuando se le pregunta por los retos que se ha marcado en su vida profesional, lo tiene claro: «aspiro a llegar a lo más alto posible en este campo en el que me muevo de la búsqueda de materiales orgánicos que puedan llegar a utilizarse en objetos que todos empleamos a diario».
En ello ha invertido su formación y trabajo constante con dos de los grupos punteros a nivel internacional en la caracterización de polímeros para el desarrollo de células solares y dispositivos electrónicos orgánicos, que serían mucho más baratos que los actuales de silicio y que podrían incorporarse en casi cualquier superficie, desde carrocerías de coches hasta paredes y techos de viviendas.
Nombres tan destacados en la investigación en España como Pedro Miguel Echenique o Avelino Corma – Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica 2014– han formado parte del jurado que ha apostado por el trabajo de esta joven marbellí que suma ya muchos años dedicados a la ciencia.
Para esta marbellí de 34 años el premio supone una «enorme satisfacción porque se ha valorado el esfuerzo de muchos años de trabajo y además representa un empuje económico para seguir buscando», comentaba ayer a SUR minutos antes de recoger su galardón en Madrid.
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