La Familia: Hexagrama del I ching: Linaje de sangre y linaje espiritual





En el Hexagrama del I ching "Familia": por un lado uno mismo en relación al "sabio", y por otro en relación a la propia familia, de sangre o espiritual, la auto-corrección es lo primero y quizás lo único importante. 

Es necesario perseverar en nuestra naturaleza interior mantener y la receptividad. Firmeza interior en lo que es correcto e independencia interior. 


Como dice el proverbio "Ser como el agua, suave pero de fuerza irresistible"     y siempre estar prestos a retirarnos, así desde la observancia dejamos que lo correcto penetre en los demás. La verdad interior que transmitimos es la esencia de lo que es universalmente verdadero.


Nuestro trabajo está con las gentes con las que tenemos una relación directa no en los asuntos remotos. Si tenemos noticias de cosas desagradables, no indignarnos demasiado con las injusticias para no perder energía ni darles fuerzas, confiar en que las fuerzas creativas sacan a la luz la decadencia para que despierte la conciencia humana. Hay que descubrir la verdad de forma sincera pero también hay que sentir al transgresor como si fuera un hijo propio que se perdió en el camino, comprender sus razones y circunstancias. 


Necesitamos corregir lo que haya que corregir, pero cada uno debe encontrar su propio camino. Al mantener la irritación por lo mucho que hemos tenido que soportar, nos haría sentirnos aún más desolados, pero también es cierto que el bienestar   de las personas que nos rodean depende de nuestras acciones correctas. 


Hay que auto-examinar y reflexionar sobre las verdaderas razones o las razones ocultas por las que hacemos las cosas. Hacer las cosas por las debidas razones es una bendición para todos. Es el amor y no el temor la base de una relación sana, una a la que se le puede tener confianza, confianza en lo creativo, en nuestro potencial superior, como también lealtad desinteresada y lealtad hacia todos aquellos que están a nuestro cargo, esperanza y confianza en el potencial de cada uno para volver a su verdadero yo cuando estén errados.


Firmeza en nuestros valores, valores en los que no estamos dispuestos a ceder, no se nos permite el lujo de apoyar el ego de la gente. Lo más importante es la Verdad interior. 


                  Sigue adelante más allá del éxito o de los errores.


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